Mensaje del Papa Francisco al Comité Panamericano de jueces y juezas por los derechos Sociales y la doctrina Franciscana con motivo de la inauguración de la nueva sede.

 

¿Qué justificación puede tener el poder si se aleja de la construcción de sociedades justas y dignas? ¿Puedo ser un buen magistrado mirando hacia el costado frente al sufrimiento del otro? Con estas preguntas, el Papa envió un mensaje a los jueces del Comité panamericano de derechos sociales y la doctrina Franciscana en la inauguración de su sede y subsede en Buenos Aires. A continuación, el mensaje enviado por el Papa Francisco a la COPAJU.

Queridos hermanos y hermanas de COPAJU

Quiero compartir con ustedes la alegría de su nueva casa en Buenos Aires y de la primer sub sede del Instituto Fray Bartolomé de las Casas en América Latina.

Qué importante es la justicia en este presente tan complejo!

Qué importante es poder reflexionar y formarse ante los nuevos desafíos!

La misión de los operadores judiciales: abogados, jueces, fiscales, defensores es trascendente y crucial. El Poder Judicial es el último recurso disponible en el Estado para remediar las vulneraciones de derechos y preservar el equilibrio institucional y social.

Vivimos épocas de intensa injusticia: pocos ricos cada vez más poderosos y millones de pobres negados y descartados.

No hay futuro, no hay desarrollo, no hay justicia ni democracia en un mundo en donde millones de niños comen diariamente sólo los desechos de aquellos que si consumen.

Los derechos sociales no son gratuitos. La riqueza para sostenerlos está disponible, pero requiere de decisiones políticas adecuadas, racionales y equitativas. El Estado, hoy más importante que nunca, está llamado a ejercer ese papel central de redistribución y justicia social.

Las normas, queridos jueces, ya han sido dictadas. Rigen. El problema es su vigencia efectiva, su concreción. Allí empieza vuestro rol.

El Dios Mercado y la Diosa Ganancia, son falsas deidades que nos conducen a la deshumanización y a la destrucción del planeta. La historia lo ha demostrado en muchas y muy tristes oportunidades.

Son Moloch, devorando a las generaciones recién nacidas.

La palabra de Jesús que fundamenta a la Doctrina Social de la Iglesia, es un sendero seguro y luminoso para coadyuvar en el ejercicio de la magistratura.

Hermanos, todos los que ejercen un poder público tienen que tener presente que no alcanza con la legitimidad de origen. El ejercicio debe también ser legítimo. ¿Qué justificación puede tener el poder si se aleja de la construcción de sociedades justas y dignas? ¿Puedo ser un buen magistrado mirando hacia el costado frente al sufrimiento del otro? Por favor, cada día frente al espejo pregúntense por ustedes mismos y pregúntense por los otros.

Saludo a COPAJU, saludo al Instituto Lascasciano, saludo a todos ustedes. Bendigo su nueva casa, les deseo éxito en sus actividades. Les pido firmeza y decisión frente a los modelos deshumanizantes y violentos. La Paz es una construcción diaria y ustedes son obreros de la Paz.

Les pido finalmente que recen por mi, yo lo hago siempre por ustedes.

Francisco.