(AICA) El papa Francisco recibió en la mañana de este miércoles 22 de agosto, en la sala contigua al Aula Pablo VI, a unos 150 legisladores y políticos católicos que están participando durante estos días del Encuentro Internacional para Legisladores Católicos organizado por el International Catholic Legislators Network, y que está centrado en el tema de la libertad religiosa y de conciencia.
“Hoy la libertad religiosa y de conciencia se enfrentan con dos ideologías opuestas pero igualmente peligrosas: el relativismo secularista y el radicalismo religioso -en realidad pseudorreligioso-comenzó diciendo el papa Francisco en el discurso que les dedicó.
El Santo Padre destacó la importancia del tema en el centro de la reflexión de los participantes, que señaló como “fundamental y actual”.
Tras hacer presente que el Concilio Vaticano II dedicó a este tema uno de sus documentos más importantes, a saber, la Declaración “Dignitatis humanae”, recordó que entonces los padres conciliares estaban preocupados principalmente por los regímenes, una situación que aún perdura en algunos países.
Francisco destacó la situación que viven hoy los cristianos y otras minorías religiosas en regiones atravesadas por el fundamentalismo, en donde el agudizarse de posiciones intolerantes, agresivas y violentas, provocó y provoca discriminaciones, hostigamiento y persecuciones, que no siempre son perseguidas debidamente por la autoridad constituida”, señaló el pontífice.
Respecto al relativismo secularista y del radicalismo religioso el Papa advirtió del peligro de combatir extremismo e intolerancia con igual extremismo e intolerancia, y recordó que como cristianos la vocación y misión es ser sal, luz y levadura en la determinada condición histórica en la que nos encontramos.
“En particular, -les dijo- quienes de ustedes han tomado el camino del compromiso político como una forma de servicio al bien común, pueden y deben contribuir también a la cuestión crucial de la libertad religiosa”.
En este punto el Santo Padre advirtió que es normal que por este motivo encuentren formas de obstruccionismo, pero lejos de sentirse o mostrarse como héroe o víctima, el político cristiano está llamado a buscar con humildad y valentía ser testigo, y a proponer con competencia proyectos de ley coherentes con la visión cristiana del hombre y de la sociedad.
Animándolos en su tarea, el papa Francisco por intercesión del beato Pablo VI invocó sobre ellos la bendición del Señor.