El Sínodo no está en pausa… En este tiempo de incertidumbre y dolor… pedimos especialmente a Jesús, Vida de toda la familia humana, que nos acompañe. Y también damos gracias por el impulso que recibimos de Él para desplegar la tarea evangelizadora en nuestra ciudad, a través del Servicio en la caridad, el Anuncio de Su palabra y la Celebración de la fe, siendo cada uno alimento de Vida para sus hermanos.
Sínodo Arquidiocesano: «aprender a detenernos y ser compasivos»
En este tiempo de incertidumbre y dolor… pedimos especialmente a Jesús, Vida de toda la familia humana, que nos acompañe.
Y también damos gracias por el impulso que recibimos de Él para desplegar la tarea evangelizadora en nuestra ciudad, a través del Servicio en la caridad, el Anuncio de Su palabra y la Celebración de la fe, siendo cada uno alimento de Vida para sus hermanos.
Continuamos en este tiempo el camino sinodal en nuestra arquidiócesis, de una manera especial: “Caminamos juntos”, pero aceptando que el mismo Espíritu ha modificado nuestros planes de estar ahora realizando la Asamblea Sinodal, con los delegados reflexionando sobre el Documento de Trabajo. Eso se hará cuando sea oportuno y posible.
Mientras tanto crecemos en las actitudes sinodales que forman parte de un estilo y modo de ser Iglesia que espera Dios para nosotros, como lo enseña el Papa Francisco.
La oración del Sínodo que venimos rezando desde hace más de tres años, ha sido profética al decir “ayúdanos a detenernos para ser compasivos…”. La pandemia nos obligó a detenernos y vivir la sinodalidad de un modo creativo: en el servicio a los hermanos, en el anuncio de la Palabra y en la celebración de la Fe, buscando el fruto de la comunión y el encuentro.
El Sínodo no está en pausa, está desplegándose en el servicio y solidaridad hacia tantos hermanos que hoy necesitan de la cercanía de la Iglesia y sus miembros. Hoy le pedimos a Jesús Eucaristía: “¡Que tu Espíritu de amor nos impulse, para hacer de nuestro Sínodo un espacio de comunión y renovación!”