El pasado 29 y 30 de marzo tuvo lugar el encuentro de delegados diocesanos en Buenos Aires para trazar las líneas de acción y las prioridades pastorales. Además, hubo preparativos para la Semana Social.
Delegados de las diferentes diócesis del país, junto a miembros de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS), se reunieron los días 29 y 30 de marzo en Buenos Aires, para reflexionar sobre la realidad actual y plantearse cuál es el aporte que la Iglesia puede hacer en vistas a la construcción de una sociedad más fraterna.
La última jornada del Encuentro Nacional de Delegados Diocesanos de Pastoral Social comenzó con la misa presidida por monseñor Carlos Tissera, obispo de Quilmes, quien en su homilía destacó al beato Eduardo Pironio, el «profeta de esperanza», que en tiempos difíciles supo predicarla y vivirla poniendo luz en situaciones que parecían no tener salida.
El prelado quilmeño animó también a ser, como Pastoral Social, misioneros de esperanza en los espacios vulnerados a los que ‘estamos llamados a llevar el Evangelio».
A continuación, se presentó la Comisión Nacional Justicia y Paz, cuyos miembros expusieron los deseos de trabajar orgánicamente con la CEPAS.
Seguidamente, se formaron grupos para que, con el método de la conversación espiritual, ofrecieran ideas relacionadas con el objetivo, el título, el contenido y la metodología de la Semana Social, que se realizará en Mar del Plata el 8, 9 y 10 de agosto. Dos de los temas más sugeridos fue los diez años desde la publicación de la encíclica Laudato si’ y el cuidado de la Casa Común. Los aportes se seguirán madurando hasta llegar a un consenso final para esas jornadas.