El pasado miércoles 14 de noviembre tuvo lugar en la Casa del Encuentro la celebración de la Santa Misa a un mes de la partida a la Casa del Padre del amigo y colaborador de nuestra Pastoral Social de la arquidiócesis de Buenos Aires, Víctor Lapegna. Ante una treintena de familiares y amigos íntimos, el padre Accaputo quiso recordarlo dando “gracias a Dios por habernos dado a Víctor. Por todo lo compartido con él y por todo lo que él nos dio. Y por lo que aprendimos de él: ser capaces de jugar todo, al mismo tiempo tener esperanza y también no quedarse con nada.”

 

 

“Nos encontramos esta tarde para pedir a Dios tenga en su Casa a Víctor. El esposo, el padre, el hermano, el amigo, el compañero de tantas aventuras y desventuras, porque la vida es así. En la amistad, en la búsqueda, en la lucha de ese bien común como expresión de nuestro amor a la Patria. Y eso es la caridad. La caridad política de aquello que nos mueve a pensar en los demás, a servir a los demás” dijo en su improvisada homilía el padre Carlos al evocar la figura de Lapegna, un hombre que siempre tuvo “esa fuerza, esa esperanza, ese deseo de transformar la realidad.”

Dirigente político, periodista, hombre de fuerte pertenencia eclesial y referente social, Víctor Lapegna falleció el pasado 15 de octubre en la Ciudad de Buenos Aires.

Citando la parábola del Buen Samaritano, Accaputo recordó que “quienes conocimos a Víctor, no podemos no descubrir en él la vocación del samaritano. Fue capaz de traducir en su vida familiar, política, social… aquello que creía. Por eso uno la lectura del Buen Samaritano a su figura y a una amistad que fue creciendo a lo largo del tiempo”. ¿Quién es mi prójimo? pregunta Jesús en la parábola del Buen Samaritano. ¿Quién se detuvo a ayudar al hombre al costado del camino? No tanto los que declamaban las escrituras sino el que se hizo cargo de ese hombre golpeado y herido.

En otro tramo de su predicación Accaputo resaltó el ‘testimonio de alegría´ de Víctor: “siendo un hombre tan firme y fuerte en su carácter, al mismo tiempo uno veía que disfrutaba aquello que hacía y testimoniaba; tenía siempre una perspectiva esperanzadora de la vida. Por eso supo ser buen amigo y por eso ésta acción de gracias.”

Finalmente el responsable de la Pastoral Social arquidiocesana dijo que su partida “es una pérdida enorme para su familia, para sus amigos, para la política y para nuestro país.  Como los cristianos creemos en la comunión de los santos y en la misericordia de Dios, Víctor estará en presencia del Señor” y citando a San Mateo Cap. 25, versículos 14-30 el padre Carlos rezó “Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.”