¿Cuál es el mayor aporte que ofrece la nueva encíclica al magisterio de la Iglesia?
Es la primera vez que se introduce la idea de la ecología integral, preocupándose por la situación de nuestra casa común, es decir, de la Tierra.
Es el tema central, la preocupación por el espacio donde todos vivimos. El texto tiene un enfoque audaz y moderno. La redacción es ágil, propia del estilo del Papa. Otra gran novedad es que el Papa parte de una razón científica. La utiliza como fuente para tratar los problemas de la casa común que es la Tierra. Acepta las categorías de la ciencia moderna. Lo hace por ejemplo cuando parte del concepto de que el clima está cambiando para explicar el calentamiento global.
Al papa Francisco le llovieron críticas desde EE. UU., incluso antes de que la encíclica fuera publicada, por denunciar que la acción del hombre resulta determinante en el cambio del clima. ¿Lo afectan estas voces?
Me satisface mucho ver que pese a que se decía que el Papa no iba a meterse en terrenos difíciles, manteniendo una postura light, no ha sido así.
Dice claramente que el calentamiento global está relacionado con la acción del hombre al utilizar los combustibles fósiles, en particular el petróleo. No solo analiza la situación, diciendo que la actividad del hombre es determinante en la alteración del clima. El Papa va más allá al introducir la consideración religiosa. Dice que estamos destruyendo la Tierra y que eso constituye un pecado contra Dios. Introduce una dimensión nueva, el imperativo moral y religioso.
En los dos años y tres meses de pontificado, Jorge Mario Bergoglio ha hecho continuas críticas a lo que él llama “la cultura del descarte”. ¿Da un paso más en la encíclica al ligar esta denuncia con el maltrato al medioambiente?
El Papa introduce el concepto de ecología integral. Cuando el hombre actúa movido solo por el ansia de lograr un provecho, acaba dañando tanto al ser humano como a la naturaleza. De ahí viene el daño infligido al clima.
Francisco introduce además en la encíclica la idea de la Madre Tierra, que es tan celebrada en América Latina. Otra tesis significativa es la denuncia de que los que sufren los efectos de estos problemas medioambientales son los pobres. El mundo moderno se ha olvidado de la Tierra para exaltar al hombre. Francisco propone un cambio radical para llegar a un modo nuevo de entender la modernidad.
¿Cómo espera que reciban la encíclica los católicos?
La mayor parte de los cristianos se van a sentir muy contentos cuando lean la encíclica, porque ven el problema al que nos enfrentamos. Ocurrirá lo mismo en EE. UU., desde donde más le han llegado críticas al Papa. En América
Latina se va a celebrar igualmente mucho el texto. Desde la Conferencia de Aparecida de 2007 ya se hacía referencia a estas cuestiones. Quienes estarán preocupados por el texto son los lobbies y quienes los pagan. Son una minoría de personas muy ricas y poderosas ligadas al capitalismo más extremo. No estarán contentos porque lo que dice el Papa toca a sus negocios.
¿Cree que la filtración del borrador de la encíclica tres días antes de su divulgación oficial se hizo para tratar de boicotear al Papa?
Quien hizo la noticia es Sandro Magister, conocido por sus críticas al Papa. Por ese motivo se puede pensar que el objetivo era disminuir el impacto de la palabra del Papa. Pero yo no creo que haya ninguna estrategia detrás, solo el ansia de la prensa por dar exclusivas. En cualquier caso, si alguien quería dañar a Francisco adelantando la encíclica, le ha salido el tiro por la culata.
link: http://www.eltiempo.com/mundo/europa/enciclica-del-papa-francisco-entrevista-con-el-arzobispo-marcelo-sanchez-sorondo/15971995