“En nuestro tiempo, parece que las ganancias y las pérdidas son más consideradas que las vidas y las muertes, y que los activos netos de una empresa tienen prioridad sobre el valor infinito de la humanidad”, lamentó el papa Francisco al dirigirse, el lunes 27 de mayo, a los participantes en el encuentro “Cambio climático y nuevas evidencias de la ciencia, la ingeniería y la política”, organizado por la Academia Pontificia de Ciencias.

“Hoy están aquí –dijo el pontífice a los ministros de Economía presentes en el Encuentro- para reflexionar sobre cómo remediar esta profunda crisis causada por la confusión de nuestras cuentas morales con nuestras cuentas financieras. Usted está aquí para ayudar a detener una crisis que está llevando al mundo hacia el desastre”.

El papa se refirió luego a dos importantes acuerdos de 2015: el de los objetivos de desarrollo integral de las Naciones Unidas y el del clima en la llamada COP21 de París.

Tras señalar la importancia de obtener energía limpia de fuentes como el viento, el sol y el agua, lamentó que sigamos “caminando por caminos viejos porque estamos atrapados por nuestra mala contabilidad y la corrupción de nuestros intereses adquiridos y que seguimos considerando como algo provechoso aquello que amenaza nuestra misma supervivencia”.

Luego de comentar que hace dos semanas se registró el nivel más alto de dióxido de carbono en la atmósfera, el Papa dijo que en el mundo se dan una serie de problemas como incendios forestales y acontecimientos meteorológicos extremos que “son una dura advertencia de algo mucho peor que podría llegar, si es que no se actúa con urgencia”.

Trabajemos para no seguir con “actividades que están destruyendo nuestro planeta”, que se ponga fin a la “dependencia de combustibles fósiles”, que se abra “un nuevo capítulo de energía limpia y segura que use recursos renovables como el viento, el sol y el agua”, y sobre todo que “se actúe con prudencia y responsabilidad en nuestras economías para salir al encuentro de las necesidades humanas, para promover la dignidad humana”, pidió Francisco y subrayó que ahora “estamos ante una materia de cálculo, el cálculo de salvar a nuestro mundo de la indiferencia del dinero”.

Luego de exhortar a que se lleguen a acuerdos que estén en armonía con “la ciencia del clima”, el Santo Padre expresó su deseo de encontrarse nuevamente con los líderes de la economía mundial para “agradecer a Dios por su misericordia que nos permite corregir nuestro camino antes de que sea demasiado tarde. El tiempo es esencial”.

La jornada en el Vaticano se realizó en el marco de la reciente inauguración de la Coalición de Ministros de Economía para la Acción Climática, presidida por Chile y Finlandia. Este grupo apoya los llamados “principios de Helsinki”, que son seis principios para defender la naturaleza.