Por Andrés Beltramo Álvarez

¿Qué significa para el movimiento sindical argentino tener un Papa del país que hable tanto de términos como “dignidad del trabajo” o “inclusión social”?

Es una gran satisfacción ya que comparte con el movimiento sindical valores y objetivos comunes, que están vinculados a los conceptos que la dirigencia sindical argentina representa y defiende desde siempre. La dignidad del trabajo o la inclusión social no sólo son dos de las banderas que el movimiento obrero argentino pregona y reivindica, sino que además forman parte núcleo de la denominada Doctrina Social de la Iglesia, a la que el sindicalismo argentino adhiere fervientemente.

¿Cuál es la relación que mantiene el mundo sindical argentino con él, ahora que es Papa?

Existen algunas diferencias de forma que son lógicas y que tienen que ver con los aspectos formales e institucionales que su actual investidura le exigen. Sin embargo, en el trato personal al que hemos accedido aquellos dirigentes sindicales que hemos tenido la oportunidad de compartir algunas reuniones con él ya en el ejercicio de su función papal, nos demostró la misma humildad, calidez, sensibilidad social y agudeza política que siempre lo caracterizó.

El Papa ha insistido mucho en animar y promover a los movimientos sociales, la mayoría de ellos organizados por fuera de los tradicionales gremios. ¿Eso puede ser una crítica al sindicalismo histórico o una constatación a sus límites?

No creo que sea así. El Papa Francisco promueve el acuerdo y el consenso entre aquellos sectores que, ya sea desde el movimiento sindical, las organizaciones sociales o las posiciones políticas, tengan como objetivo común la defensa de la justicia social, la inclusión, la cultura del trabajo, la igualdad de oportunidades, el acceso de todos los sectores sociales a niveles de calidad de vida dignos. Y, bajo estas premisas comunes, independientemente de posiciones ideológicas o metodológicas, respeta y reconoce a quienes trabajamos y nos esforzamos con objetivos comunes: la erradicación de la pobreza o la globalización de la justicia social.

El Papa llama constantemente a quienes tienen responsabilidades sociales al diálogo y a la colaboración. ¿No será su mensaje una oportunidad superar las divisiones del sindicalismo argentino?

Seguro que es así. Y así también lo entendemos la gran mayoría de los dirigentes sindicales. De hecho, desde la CGT RA (Confederación General del Trabajo de la República Argentina) estamos actualmente llevando adelante un proceso de unidad sindical que tiene amplio consenso. Incluso, con motivo de la celebración del reciente Día del Trabajador, coincidimos en un acto conjunto todos los sectores con representación sindical en el país. Ese fue un hecho inédito e histórico, que demuestra que, más allá de las diferencias lógicas que puedan existir, la defensa de los derechos de los trabajadores nos unifica y promueve un umbral de consensos estratégicos que están por encima de las diferencias coyunturales que puedan existir.

En una reunión que tuvieron con el Papa varios sindicalistas argentinos, allá por el 2013, Francisco les pidió “responsabilidad para alcanzar la paz” en el país. ¿Ese llamado lo siguen sintiendo como actual?

Es cierto y tiene absoluta vigencia. La sociedad argentina transita un camino hacia la paz, entendida como el ejercicio de los consensos y los disensos, de la naturaleza que sean, bajo la premisa del respeto por el otro y sus ideas. Hemos madurado como sociedad, también como dirigentes aquellos que tenemos esa responsabilidad. Desde la dirigencia sindical promovemos, por ejemplo, la creación de un Consejo de Desarrollo Económico y Social del que participen el Estado y las representaciones empresariales y sindicales. ¿Con que objetivo? La puesta en funcionamiento de un espacio de debate tripartito donde se discutan y contemplen las necesidades de cada sector y se alcancen consensos políticos que tiendan al bien común. Eso sería un gran paso para asegurar umbrales de paz social, por ejemplo.

La situación económica y social de Argentina no pasa por buen momento. Ustedes han denunciado despidos y en diversos sectores parece crecer el malestar, ¿cree que el Papa preveía eso cuando tuvo aquella audiencia distante con el presidente Mauricio Macri?

Verdaderamente no lo sé y, por respeto a la investidura del Papa y del presidente Macri, sería una intromisión indebida de mi parte opinar al respecto. De lo que sí estoy seguro es que el Papa Francisco es muy sensible a la situación de los trabajadores y de los sectores más vulnerables de la sociedad, tanto en la Argentina como en el mundo. En la Argentina actualmente se vive una situación de transición política y económica que está afectando fuertemente a los sectores bajos y medios de la sociedad. Es por eso que, desde mi opinión, le reclamamos al gobierno actual que garantice una transición justa: que cuide el empleo, el poder adquisitivo de los salarios y la calidad de vida.

¿Hacia donde podría ir a dar la situación del país? ¿Sus preocupaciones podrían llegar hasta el Vaticano o es mejor “dejar en paz al Papa” como sugieren algunos?

El Papa ha demostrado su interés y preocupación por la situación política y social de la Argentina. Tanto con el anterior gobierno como con el actual. Eso no significa que tenga una actitud de intromisión y, mucho menos, habilita la utilización política de lo que su figura representa por parte de ningún sector en mi país. Tenemos que ser responsables, atender y comprender  que es una figura de relevancia internacional y la profundidad de su mensaje, que es global no sólo para la Argentina. Los argentinos no podemos ser tan irresponsables de pretender utilizar su palabra para sacar provechos sectoriales eventuales. Al Papa Francisco hay que evaluarlo por la enorme transformación que está llevando adelante en el seno de la Iglesia Católica en todo el mundo, de logros como el acercamiento entre los Estados Unidos y Cuba, de su trabajo en defensa de los exiliados en Europa, de su intervención en los conflictos de Medio Oriente, su firme convicción de combatir al narcotráfico. Francisco es el papa de todos, no sólo de los argentinos, aunque sintamos el enorme orgullo de que nos represente.

 

Link: http://www.lastampa.it/2016/05/31/vaticaninsider/es/reportajes-y-entrevistas/francisco-es-el-papa-de-todos-no-slo-de-los-argentinos-xyMKGiPe6uRJfRI1Of5fZM/pagina.html