A dos días del evento (22-24 de septiembre, en Asís), la Pontificia Comisión para América Latina, la CAL, convocó a los jóvenes latinoamericanos presentes en la Ciudad Eterna para un encuentro en la tarde de este martes 20 de septiembre en la sede del organismo, en Vía de la Conciliación, a pocos pasos de la Plaza de San Pedro.
El objetivo, como explica la teóloga argentina Emilce Cuda, Secretaria de la institución pontificia, es propiciar un espacio de conocimiento mutuo entre los chicos y chicas que se han visto solo los rostros en una pantalla. La iniciativa pretendía, a su vez, que logren la unidad continental por el cuidado de la casa común.
Habiendo sido convocada por Economía de Francisco en el origen para trabajar como senior, se dio cuenta de que los jóvenes se anotaban de manera individual, cuando en los países latinoamericanos hay una larga tradición de organizarse por cuestiones sociales, económicas y políticas, incluso eclesiales. Al comienzo, tomó el desafío de conectarlos, ayudarlos a que se conozcan y articulen sinergias. De este modo, impulsó la creación del primer grupo de WhatsApp.
Al ingresar a la CAL, una gran sala con la imagen del Papa Francisco y un cuadro de la Virgen de Guadalupe acogía a los jóvenes que llegaban con alegría por la oportunidad de conocerse, quebrando los límites de la virtualidad. Luego de los abrazos y saludos de rigor, la secretaria Emilce Cuda tomó la palabra y reivindicó que la CAL es la casa de todos los latinoamericanos en Roma y el «puente» del pueblo latinoamericano con la Curia Romana. Subrayó, además, que la entidad tiene las puertas abiertas para todas las necesidades de los jóvenes, involucrados en proyectos diversos, algunos de los que fueron expuestos en líneas generales durante el encuentro informal y serán desarrollados en profundidad en la ciudad de Asís.
Entre los múltiples jóvenes que se presentaron y contaron las iniciativas que integran en sus respectivos países, Nicolás Delmastro, de Rosario, Argentina, compartió con Vatican News el trabajo de la Fundación Alameda, comprometida con la lucha por la erradicación contra la explotación infantil y la trata de personas. La organización funciona hace 20 años en el país, surgió a raíz de la crisis de 2001 y a partir de 2008-2009 fue acompañada por el entonces Cardenal Bergoglio, «acompañando la denuncia de los talleres clandestinos, de los prostíbulos y de los narcoprostíbulos y toda la mafiosidad en la ciudad de Buenos Aires». La labor era de denuncia y de concientización, recuerda Delmastro, evitando el consumo y la compra de bienes fruto del trabajo esclavo.
Y en el poliedro de nombres, rostros e historias de jóvenes que se preparan para el encuentro tras las huellas de San Francisco, con una sonrisa, Antonella Cabral, economista paraguaya de la Universidad Nuestra Señora de la Asunción, manifestó su gozo por poder estar en el encuentro y precisó que es la única representante del Paraguay en esta edición. Con emoción recordó que conversó con el Cardenal Adalberto Martínez Flores, arzobispo metropolitano de Asunción y primer Purpurado en la historia de la nación sudamericana, quien la animó a seguir adelante. Cabral resaltó el desafío de participar sin una delegación, pero también reconoció la oportunidad que se abre con este evento, anhelando que impulse un proceso transformador.
Otros de los testimonios compartidos, en contextos desafiantes y donde los jóvenes buscan convertir los sueños de cambio en realidad y en profecías para las siguientes generaciones, procedían de Brasil, una nación con un proficuo recorrido hacia este evento. Los jóvenes brasileños repartieron un documento en el que exponen su denuncia de la violencia financiera y hacen un anuncio de economías para el buen vivir de las personas.
«Clara: el anuncio latinoamericano», «América Latina denuncia por el fin de las economías extractivas», la desinversión en minería como «herramienta hasta la coherencia ética», las violaciones de los derechos humanos cometidos por empresas mineras, la necesidad de una «economía samaritana» frente a una «economía de muerte» son algunos de los temas desglosados en el volumen por el comité lusófono de Economy of Francesco.