El tercer panel fue inaugurado por Carolina Mera, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, quien consideró que “un pacto social no puede buscar más que justicia, equidad y dignidad. Esto tiene que ver con concebir las relaciones humanas desde el paradigma de la inclusión”, afirmó.
En ese sentido, además de una reestructuración en lo económico o financiero, exhortó en primer lugar a “reconstruir la trama social, volver a una sociedad pacífica, sin violencia. Si no logramos ese clima social es muy difícil que logremos un respeto por los demás”, aseguró.
“No hay que luchar contra la brecha de los partidos políticos, porque es una brecha que fue construida estratégicamente. Pero sí hay una brecha que divide por un lado a millones de niños y ancianos debajo de la línea de pobreza y por otro a los privilegiados, los ricos, los que concentran la mayoría de la riqueza que se produce en nuestro país”, esa es la brecha contra la que hay que luchar, consideró, deseando “que este nuevo pacto social nos devuelva dignidad, justicia, respeto, trabajo”.

Esteban Castro, secretario general de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), hizo hincapié en que “el nudo de la discusión sobre el pacto social que hay que dar es en realidad entre la sociedad, cómo hacer para que las concepciones retrógradas evolucionen y se pase a tener un sentimiento de solidaridad con los más humildes”
En ese sentido, advirtió que “no puede haber trabajadores que no tengan el mismo derecho que otros”. El eje del planteo de un Pacto Social, sostuvo, “es que para nosotros la unidad tiene que estar en torno a los más humildes, sino no hay unidad. Es desde ahí”.
“Queremos ser parte del Pacto Social, si no nos sientan en la mesa para nosotros no hay Pacto Social, porque los más humildes hicimos un esfuerzo enorme para elevar el piso del debate”.

A su turno, el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, recordó que “la Argentina ha estado plagada de buenas intenciones, de tratar de cristalizar un acuerdo social, un diálogo, y prácticamente ninguno de ellos ha llegado a buen puerto”.
“Es la primera vez que estamos llamados a discutir la posibilidad de un Pacto con anterioridad a la ejecución de políticas de un gobierno, con el objetivo de generar bases fundacionales”, destacó, y señaló que “un pacto social necesita como objetivo la necesidad del pleno empleo en la Argentina”.
“Estamos ante una situación única y excepcional: que haya una convocatoria a un Pacto Social previo a la asunción de un gobierno, esto nos tiene que dar el empuje para interpretarlo desde el lugar que se convoca, desde la grandeza. Necesitamos un pacto que garantice la restitución de dos derechos: Que todos los argentinos vuelvan a comer, porque esa es la única grieta; y que todo el mundo vuelva a tener medicamentos para curarse”.

Miguel Ángel Pesce, vicepresidente del BCRA entre 2004 y 2015, aseguró que “las organizaciones sociales tienen que ser parte del Pacto Social que se viene”, y advirtió que “el Pacto más importante que tiene la sociedad moderna es el acuerdo de precios”.
“El Estado es un actor principal en este acuerdo social de precios”, afirmó, y animó a tener presente en el próximo Pacto Social “no sólo redistribuir ingresos sino vencer las restricciones que impiden que los esquemas de redistribución prosperen”.

Daniel Arroyo, ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación y diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, advirtió sobre una “catástrofe social”, con un gran problema de hambre, de malnutrición. “Soy de los que creen que el pacto es imprescindible y que para reconstruir primero hay que parar la caída”, reconoció.
“Los movimientos sociales y los sindicatos son parte de la solución, no son parte del problema: hay que construir desde ahí. Aquí hay actores centrales, pero tienen que estar claramente los que le están poniendo el cuerpo”, sostuvo.

Entre los elementos necesarios para un pacto, Arroyo enumeró: Comer tiene que ser barato, “es una regla, no un debate”; no se puede dar crédito usurario, el Estado tiene que desendeudar a la familia, no reendeudar; cortar la venta de drogas en los barrios de verdad, y no como un slogan, porque “no hay reconstrucción del tejido social si le va bien al que hace lo que no hay que hacer; revalorizar la escuela, “es con los docentes, no contra los docentes. La reconstrucción es desde la escuela, fortaleciendo, mejorando”.
“El Pacto Social es de abajo hacia arriba, con desarrollo local, desde los barrios. La Argentina se reconstruye desde abajo hacia arriba. Lo que hagamos los próximos cuatro años va a marcar lo que pase los próximos veinte. Es ahora o la complicamos del todo. Si lo hacemos bien tenemos un solo objetivo: dejarle a nuestros hijos y a nuestros nietos un país mejor del que tenemos”.